El sitio arqueológico de Tastil, además de ser uno de los
poblados urbanos prehispánicos más grandes del país, posee también en sus zonas
aledañas, una de las mayores concentraciones de arte rupestre de América,
estimándose en más de 7.000 la cantidad
de bloques con petroglifos existentes.
Desde hace muchos años que se tiene proyectado realizar un relevamiento exhaustivo de las rocas con petroglifos y volcarlos en un mapa, ya que la única manera de conservar este patrimonio es mediante un inventario inicial, donde se pueda saber la cantidad exacta, la distribución y el estado de conservación de cada roca.
Petroglifo de Tastil.Atendiendo a esta necesidad, el programa Qhapaq Ñan inició la tarea de relevamiento junto a un grupo de colaboradores especializados. Los trabajos son dirigidos por el Director del Programa Qhapaq Ñan en Salta, el arqueólogo Christian Vitry y el equipo de campo está integrado por Bernardo Cornejo Maltz, Ana Paula Cervidanes, Gastón Vitry y Niv Schmichuk (tesistas de las carreras de Arqueología, Arte y Geografía), también colaboran en las tareas de registro el personal del Museo de Sitio Tastil, conformado por Epifania Zalazar, Marcela Zalazar, Antonio Cari, Alberto Olmos y Juan Zalazar. El relevamiento del arte rupestre se inició en el mes de mayo y concluirá a finales de junio.
Se está coordinando con la Unidad de Gestión Local del Qhapaq Ñan Tastil una capacitación específica sobre la temática del arte rupestre en general y relacionada al sitio en particular. Se estima que la misma se llevará a cabo entre los meses de junio y agosto, dependiendo de las condiciones sanitarias, ya que la capacitación sería teórica y práctica.
Existen importantes aportes relacionados con los estudios
del arte rupestre de Tastil desde una perspectiva arqueológica, como por
ejemplo los trabajos del Dr. Rodolfo Raffino en la década de 1970 y de la
arqueóloga Irene Meninato más recientemente. Por otra parte, Luis Santillán,
que fuera el encargado del Museo de Tastil, recorrió todas las zonas con
petroglifos e hizo un primer registro. Sin embargo, esta es la primera vez que
se hace un trabajo sistemático mediante una ficha especialmente diseñada que
incluye numerosos campos relacionados con el estado de conservación (fisuras,
fracturas, presencia de líquenes, etc.), los motivos grabados (antropomorfos,
zoomorfos, geométricos, etc.), la ubicación de la roca (ladera, quebrada,
meseta, cumbre, etc), la georeferenciación (coordenadas geográficas obtenidas
con el GPS), altitud, entre varios más; la cual va acompañada por un mínimo de
diez fotografías por cada bloque. Toda esta información se volcará en un
Sistema de Información Geográfica, lo cual facilitará la ubicación y el estudio
de los investigadores.